Ya estamos en campaña electoral, y una vez mas nuestros políticos se esforzarán en vendernos su producto para que, superada la cita electoral, se puedan acomodar cuatro años en sus anheladas poltronas para su mayor encumbramiento y enriquecimiento personal. En cualquier caso habría que preguntarse a estas alturas si las campañas electorales sirven para algo mas que para darnos la brasa en los medios de comunicación y tirarse ellos, los políticos, los trastos a la cabeza, ya que según las encuestas entre los electores mas del 80% opinan que la campaña electoral no va a cambiar el sentido de su voto. Si a esto le añadimos el cada vez mayor desprestigio y falta de credibilidad de los políticos, sus partidos y sus consignas entre la población; son típicas las frases, “mientes mas que un político en época de elecciones”, o esta otra mas heterodoxa “prometer y prometer hasta meter y una vez metido olvidar lo prometido” amén incluso de declaraciones cínicas de alguno de ellos como “los programas electorales se confeccionan para no ser aplicados”, declaración esta atribuida al Sr. Tierno Galván, alcalde que fue de Madrid durante unos cuantos años; podríamos decir entonces que las campañas electorales son una imposición que tenemos que aguantar la inmensa mayoría de los sufridos ciudadanos.
Pero en esta ocasión que nuestros queridos políticos no se engañen. Que esto no va a ser un simple formulismo para rellenar el expediente y seguir como siempre. De la última cita electoral a elecciones generales hasta el momento presente han pasado muchas cosas, entre otras; una crisis económica generalizada, que está acabando con muchas cosas que ya se daban por sentadas, un comienzo de revolución social con movimientos como el del 15M, Democracia Real Ya (DRY) y una propagación general de indignación en sectores de población cada vez mas numerosos conforme la crisis avanza y llegan noticias de las tropelías cometidas por directivos de entidades bancarias y políticos de toda laya.
Por todo esto, sea el resultado que sea de las urnas el día 20N, que nuestros políticos empiecen a trabajar de verdad, todos, los unos, los que gobiernen y los otros, los de la oposición; porque si no mueven ficha y continúan con las estupideces a las que nos tienen acostumbrados, corren el peligro de ser arrollados por la marea que ya se vislumbra y que irá aumentando como pretendan que todo siga igual y no sean capaces de trabajar en el nuevo paradigma que está surgiendo y que arrasará con el que hasta ahora se ha mantenido.
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